El Qigong (pronunciado "Chikung") es un milenario conjunto de técnicas provenientes de la tradición china que puede traducirse como "Arte de amaestrar la Energía". Es, en realidad, la versión de la tradición china de algo que han realizado todas las tradiciones de todas las culturas y, por lo tanto, el ser humano desde el origen del los tiempos: potenciar la relación con uno mismo, con la Madre Naturaleza y con lo Trascendente.
Desgraciadamente, esto se ha convertido en algo lejano, olvidado y fuera de contexto en el pensamiento moderno. Afortunadamente han sobrevivido resquicios de esta ancestral sabiduría en varias culturas, entre ellas la china. El Qigong está emparentado en este sentido con técnicas tan "dispares" como el Yoga, el arte de los misterios de los antiguos griegos y egipcios o las prácticas chamánicas de tantos pueblos alrededor del planeta .
El Qigong sería el arte de potenciar en el ser humano su capacidad de comunicarse, dirigir, utilizar y aprender de ese sustrato que se haya en el corazón de todo lo vivo y del Universo mismo: la energía o "chi".
Como aplicaciones inmediatas en nuestra vida cotidiana actual, el Qigong es un excelente método terapéutico dada su facultad de prevenir y curar enfermedades (tanto a nivel estructural del sistema músculo esquelético, como más profundamente, a nivel fisiológico y orgánico) y de potenciar enormemente la vitalidad. Igualmente las capacidades psíquicas, como las de relajación, memoria e intuición, se ven potentemente desarrolladas.
En el orden espiritual se encuentra quizás la finalidad última de estas prácticas, llevando implícita la realización de manera gozosa de una unión con el Universo, tejido del mismo material que nosotros.
Todo ello se produce en el practicante de manera paulatina, al compás de unos ejercicios que, acompañados por la respiración, la concentración y ciertas visualizaciones, respetan en todo momento sus límites físicos, además de ser realizados bajo un prisma en el que la norma es disfrutar y reencontrar la alegría interna de sentirnos vivos.
El Qigong se ha practicado siempre, desde los remotos tiempos de la China Imperial, con la intención de prolongar la vida, (otra acepción de estas palabras sería la de "Arte de la Longevidad") en un estado vital y de salud general tal que permitan disfrutar de una tercera edad, o "estación del Invierno" (como correspondería a la cronología china) con una calidad de vida con la que poder culminar o repasar lo que ha sido el resto de nuestra vida con ilusión y fuerza más que suficientes.
El Taichi está muy relacionado con el Qigong, solo que es una disciplina más enfocada en la parte marcial.
A pesar de sus movimientos lentos y fluidos (como los del Qigong) el Taichi, como arte marcial interno, usa la fuerza interna, el chi. Esta energía interna la desarrolla muy especialmente el Qigong, de ahí que los maestros de Taichi siempre incluyan en su entrenamiento ejercicios de Qigong.
El Yoga en cierto modo presenta más semejanzas en cuanto a los fines y objetivos de la práctica (salud, desarrollo de capacidades mentales y espirituales), a pesar de las diferencias formales entre ambas disciplinas, producto del diferente sustrato cedido por dos culturas con tantísima personalidad como la hindú y la china.
Cada movimiento y cada concentración, acompañados de la respiración adecuada, está inspirado en la misma concepción del sistema orgánico humano en el que se basa la Medicina Tradicional China, por lo que cabe prescribir ejercicios en concreto que actúan de manera específica sobre determinadas enfermedades, al igual que hace la acupuntura.
Nunca se trata de imitar un patrón externo de movimiento al que haya que acceder, sino que se parte del estado físico y la constitución del practicante, siendo este quien determina el tipo de movimiento más adecuado para sí mismo.
Los movimientos, al ir siempre acompañados de la respiración, son lentos, conscientes, armónicos, permitiendo un trabajo paulatino de desbloqueo de articulaciones, ideal para realizarse a cualquier edad y sin importar la preparación física anterior.