La práctica del Yoga incluye la respiración. La respiración es vida y para el Yoga es uno de sus principios fundamentales. Respirar es el primer acto que el ser humano realiza en el mundo, y será el último. La respiración ocurre siempre siendo el soporte energético de todas las demás funciones corporales. Según sea nuestra forma de respirar así va a ser nuestra forma de vida.
El primer objetivo del Yoga es recuperar la respiración natural, equilibrada y armoniosa que con frecuencia ha quedado deteriorada por bloqueos surgidos de tensiones emocionales, intelectuales y físicas.
Recuperar la respiración natural, equilibrada y armoniosa no es intentar cambiar los habituales patrones establecidos, sino más bien permitir que el propio impulso respiratorio se muestre de forma libre y fluida. Para ello lo más indicado es adoptar la actitud de mero observador del proceso respiratorio. No hay que intentar nada, sino dejar hacer: permitir que los pulmones respiren por sí mismos. Ellos saben hacerlo según las necesidades de cada momento y a través de la observación pasiva es posible vivenciar conscientemente el proceso.
Básicamente existen tres tipos de respiración:
Vitalizante.
Es la respiración activa en que la espiración es más corta y potente que la inspiración, mientras que la inspiración es pasiva y lenta.
Tranquilizante.
La espiración es pasiva, lenta y larga, mientras que la inspiración es activa.
Equilibrante.
La duración de la inspiración y la espiración es prácticamente igual o muy similar.
La respiración y la mente están profundamente interconectadas afectando una a la otra. Cuando la actividad mental se altera, de forma inmediata se producen cambios en el proceso respiratorio. Y viceversa, cuando se producen cambios en el proceso respiratorio aparecen cambios en el estado psico-emocional.
Una respiración agitada y superficial se asocia a un estado mental-emocional alterado. Mientras que una respiración lenta y equilibrada proporciona relajación física, estabilidad emocional y serenidad mental.
Si ajustamos el ritmo y volumen de la respiración es posible eliminar las inarmonías que puedan existir en los niveles físico, emocional y mental. Basta con hacer la respiración más lenta, rítmica y profunda para conseguir una nueva situación de estabilidad y relajación.
Inspirar activa el sistema nervioso autónomo simpático.
Espirar activa el sistema nervioso autónomo parasimpático.